viernes, 13 de diciembre de 2013

Por Gabriela I. Buitrago R. 20.628.394. Más real que la ficción

Gabriela I. Buitrago R.
20.628.394
Más real que la ficción
(Ensayo)


Por mucho que miremos el reloj o el calendario, parece casi imperceptible el hecho de que vivimos más de un tiempo a la vez, vivimos el tiempo de nuestra mente, de nuestro cuerpo, de nuestras relaciones con otros, de nuestra localidad, tiempo mundial, tiempo universal y a su vez con todos los tiempos que van conectándose a nuestras vidas y van dando forma a un tiempo más compacto que es el que logramos percibir como pasado, presente y trata de dar forma a un tiempo más incierto aun que es el futuro.

También pasa lo mismo con nuestra memoria, estamos sujetos a una mete que posee todos nuestros pensamientos y recuerdos, desde lo más antiguos a los más recientes, así como poseemos una memoria subconsciente que trabaja más allá de nuestro propio control sobre ella.
No bastando esto, estamos sujetos a la evaluación de la memoria compartida, esa serie de recuerdos que forman parte de la memoria de otros, y no menos importante, aquel imaginario y la memoria colectiva, donde a pesar de manejar recuerdos que parecen difíciles de eliminar o modificar, la verdad es que aun así, siguen sujetos a la interpretación de cada mente.
Cuando el humano crea algo, lo hace con muchos fines, pero los más importantes siempre van a  ser, el de satisfacer sus propias necesidades, el de complacer o posicionarse sobre otros, y el de  lograr un espacio en el tiempo y la memoria de los demás, para que perdure en un recuerdo sólido y no sea dejado en el olvido o que viva sólo en un tiempo efímero.

Aunque a veces no lo asumamos, o no identifiquemos que es así, es importante para nosotros que nuestras ideas, propuestas, trabajos obras o cualquier creación, sea resguardada en el tiempo y la memoria de otros, de nuestra sociedad o del mundo entero. Parece a veces que la satisfacción propia no está completa sin la aprobación del otro y sin la tranquilidad de saber que aquello va a ser heredado a otros y así evitamos el miedo no sólo a nuestra muerte sino a la muerte de nuestras ideas.

A veces estas creaciones de la mente humana, se pueden unir a otras muy similares y crear movimientos grandes, dándole mayor magnitud a una idea que en principio rondaba por una sola cabeza, pero que en común toma otra forma más poderosa y que en la mayoría de los casos va a buscar que sean cada vez más, otras mentes piensen lo mismo y quieran dar a conocer estas ideas.

No es un caso que se nos haga muy lejano, lo ha vivido el hombre desde sus inicios, los grandes imperios, el mito de la masculinidad sobre la feminidad, los avances científicos y tecnológicos, las tradiciones de los pueblos, los géneros en la música, los movimientos pictóricos, la forma de hacer cine, la moda, la arquitectura.

            En la obra de Huxley (1932): ¿Por qué no le dais a la gente libros sobre Dios? Por la misma razón por la que no le damos Otelo; son viejos; tratan sobre el Dios de hace cien años, no sobre el Dios de hoy. ‘Pero Dios no cambia’ Los hombres, sin embargo, sí.”. (p.94)

Todos los paradigmas y modelos que nos han rodeado, alguna vez fueron  una idea que trató de imponerse en la memoria y el tiempo, pero hay unos modelos que quizás son los que más marcan el curso de nuestras vidas, la religión y la política, por ser los que marcan los patrones de nuestra sociedad y economía que afectará también a nuestra cultura y percepción de ver el mundo que nos rodea.

La sociedad contemporánea vive una época donde se retorna al uso de los viejos ideales políticos y religioso de una manera que parece nueva y original, indica Castells (2006): “La exageración profética y la manipulación ideológica que caracteriza la mayoría de los discursos sobre la revolución de la tecnología de la información no deben llevarnos a menos preciar su verdadero significado” (p.56).

Pero a la par se está viviendo un movimiento del quiebre de todos estos ideales, donde la gente ya no está creyendo en las grandes jerarquías que se nos han impuesto y conoce la otra cara de las grandes historias, mitos, leyendas y acontecimientos que han forjado el imaginario colectivo de este siglo, producto de revolución tecnológica y  la nueva sociedad de la información en la que vivimos.

El eterno retorno de nuestra sociedad, también lo podemos vivenciar a través de las creaciones artísticas como la reconocida obra literaria de George Orwell 1984 que fue llevada al cine luego por Michael Radford. La obra literaria fue publicada en el año 1949 y la película en el propio año 1984.

Para aquellos que pudieron ver la película en su año de estreno y haber leído el libro, se les presentaron dos tiempos que se veían combinados, por un lado, la visión futurista del autor acerca de la sociedad utópica que él planteaba en una fecha que parecía lejana, y por otro lado la visión propia del espectador ante la película en el año donde se suponía sucederían todos estos hechos.

Para nosotros, casi 30 años después del estreno del film, se nos presenta la opción de evaluar tres tiempos, los dos anteriores y el de la comparación con nuestra sociedad actual, ver si esas dos visiones literarias y cinematográficas que parecían utópicas, realmente sucedieron o están sucediendo hoy en día.

“Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece.” Así comienza la obra literaria y nos hace conscientes desde un principio se trata de una sociedad en la que el tiempo, y su noción misma, cómo se percibe y se materializó, sin duda ha sufrido algún tipo de mutación, se ha modificado. Incluso Winston, el personaje principal de la novela, comienza a escribir su diario que él no sabe con certeza que esto era 1984 porque “¡cualquiera va a saber hoy en qué año vive!”.

Para muchos, la historia comienza cuando los hombres comienzan a pensar en el paso del tiempo, no en términos de procesos naturales como el ciclo de las estaciones, la duración de la vida humana, sino según, Carr (1961): “de  una serie de eventos específicos en los cuales los hombres están conscientemente involucrados y pueden conscientemente influenciar”. (p. 33)

            La constante interrogación acerca del pasado en todo el desarrollo de la película se da en medio de la gran nube que ciega la percepción exacta del mismo debido al tiempo inexplicable que vive la sociedad utópica del Orwell y al tiempo sin tiempo que viven cada uno de los personajes, sumergidos sólo en la construcción de un momento recreado por el partido.

            Es interesante cómo también se ve el juego con la memoria, hay patrones que podemos observar hoy en día. La necesidad de simbolizar, iconizar e idealizar un objeto o persona para la adulación, que se encuentre libre de cualquier juicio. En este caso el Gran Hermano, una figura omnipresente que se ha convertido en “el guía” de una revolución que no está muy clara cuándo, por qué empezó o contra quién exactamente es.

            Es una figura que persiste de manera que quede impregnada en la memoria de esta sociedad, y cuya aparición se ve limitada exclusivamente para ser figura representativa de la salvación y de la solución correcta. Vemos que atrapa a la sociedad y la hace súbdita de una manera no monárquica sino como devota.

            Los historiadores tienen que lidiar con el tiempo y si el tiempo cambia, su noción es alterada y esto traerá consecuencias e implicaciones. Este hecho es transformado en la idea que se les inyecta a la sociedad orwelliana, pues han sido preparados para vivir siempre en un tiempo de “paz” que necesita guerra, una guerra que va cambiando de enemigo pero que jamás deja de ser guerra para “evitar que acabe la paz”.

            Hay otra premisa a lo largo de la intervención psicológica que se les practica a los personajes, que normalmente también podemos apreciar en la manipulación de la historia en nuestras sociedades y la manera de captar la emoción a través de los recuerdos. Esta premisa es la de lo que más sentimos es lo que más debemos recordar; estos personajes están sujetos a un sentimiento de una revolución que les cambió su sociedad y este sentimiento es tan fuerte que a pesar de todo, a esto es a lo que se aferran.

            Algo muy similar ocurre con los constantes eufemismo, o creando un nuevo lenguaje para hacerlos sentir en progreso. Esta paz por guerra o este control constante, son necesarios para la sensación de tranquilidad externa de las personas dentro de esta sociedad, se justifican como el cuidado que se les da ante las fuerzas externas. Hay una necesidad de crearse una identidad en conjunto para afianzar en la memoria que son el todo de una revolución, que lo que haga uno afecta al resto y así evitar que se vaya en contra de la corriente.

            En 2000, Michael Gazzaniga, profesor de Psicología, escribió que el lado izquierdo del cerebro teje su historia con el fin de convencerse a sí mismo y que está en control total, además la precisión de la memoria está en el hemisferio que sea usado, por lo tanto nos hace más susceptibles a intervención. Por eso, el influenciador siempre buscará jugar con el pasado del ser humano, porque es nuestra debilidad fisiológica.

            Los historiadores, al construir la historia, con sus propias preferencias, elaboran teorías para asimilar la nueva información, nuevos hechos, dentro de un todo comprensible, y al hacer esto, como el lado izquierdo del cerebro, tienen un efecto sobre la reconstrucción del pasado.  Pero ya que no podemos aprehender el pasado en su totalidad, quizás sea el precio a pagar por un bienestar interno.

Los nuevos hechos siempre se integraran con los viejos hechos. Quizás por esto, George Orwell en su visión “utópica” en 1984, aun nos sorprenda con la similitudes de las situaciones actuales que incluso vivimos en nuestro país, quizás pasen otros 30 años más y siga pareciendo que aquella obra es la réplica de nuestra sociedad ahora, que su ficción es nuestra realidad más próxima.

            Creó un tiempo y una memoria dentro de su obra, usó una psicología y métodos que parecían imperceptibles y creó una de las más grandes obras de nuestros tiempos que juega y seguirá jugando con nuestras memorias.

BILIOGRAFÍA

- HUXLEY, A. (1932). Un Mundo Feliz. Reino Unido
- CASTELLS, M (2006). La Sociedad Red. Alianza Editorial. España
- CARR, E.H. What is History? (Qué es Historia?) (1961). Londres, Inglaterra.

- GAZZANIGA, M (2000). El Pasado de La Mente. Berkeley, California: University of California Press.            

Por Johana Bolívar. Quien manipula el miedo a la muerte puede manipular la sociedad.

Quien manipula el miedo a la muerte puede manipular la sociedad


En la obra 1984, de George Orwell muestra que era los organismos del control del estado quienes mantenían al pueblo atados los unos a los otros, ya que nadie podía levantar si quiera la cabeza, entonces Orwell escribe la historia de un mundo completamente controlado.

En 1984 él habla de un mundo donde los que están organizando la sociedad tienen perfectamente claro cómo funciona la historia y van a controlarla para que funcione a su favor, hipotéticamente habla de una sociedad donde existen tres niveles de personas; los altos, los bajos y los medios. Los altos viven en extrema comodidad, los medios siempre van a querer ser altos, y los bajos se unirán con los medios para tratar ellos de ser medios y derrocar a los altos, esa es la dinámica social y para que eso se mantenga en dichos niveles hay que controlar y manipular la sociedad.  

En ésta película Orwell expone una sociedad industrial que como ya produce suficiente dinero para satisfacer las necesidades básicas de la mayoría de la población, si todo el mundo comiera, todo el mundo pensaría, si todo el mundo tuviera la posibilidad de acceder a un nivel de vida mejor, todos estarían en capacidad de reflexionar sobre la sociedad y eventualmente querrían ser altos, entonces se necesita que no tengan tiempo para pensar ni tiempo para comer, para que no se coloquen demasiado críticos y no tengan una idea muy subversiva de lo que puede hacer la realidad.

Para que los bajos no se revelen, los excedentes económicos se gastan en las guerras y así no se pueda generar creatividad, ¿qué tipos de guerras? Guerras que no se puedan ganar pero que tampoco se puedan perder, donde no se pueda definir nada pero todos están allí.

En las guerras se comienza a manejar el miedo, ese tipo de miedo donde se sienta que alguien puede salvar, entonces ese terror tiene que tener alguien a quien odiar y alguien que sea la salvación. Se trata de controlar las mentes de las personas en la sociedad para evitar que tengan la capacidad crítica para revisar su situación histórica y de esa manera le van a manipular el miedo a la muerte.

Se comienza a alimentar el miedo con prácticas cotidianas que hacen que esto sea eficaz, por ejemplo; dos minutos de odio diario, todos los días en la mañana le dedican dos minutos de odio para acentuar quien era el enemigo, por las mañana se levantaban con el terror de cámaras que alguien estaba observando hasta los pensamientos más profundos.

¿Quién observa los pensamientos más profundos? él se llama “El Gran Hermano”  este es la figura omnipresente de esta obra de Orwell que se mete hasta en lo profundo de las conciencias de las personas para vigilar que es lo que piensan ¿de qué los están vigilando? Los vigilan para que no escriban porque quien escribe reflexiona, para que no conozcan la historia porque saben que quien conoce la historia se dará cuenta que se la están volviendo aplicar, entonces la historia la van cambiando permanentemente y la van alterando para que piense que la situación que viven siempre ha sido así, es eterna y de la única manera que puede funcionar.

Este sistema trabaja a partir del fanatismo y del odio y que todo el mundo lo crea o al menos la mayoría, porque si no lo cree la mayoría entonces no funciona, y para que todos lo crean la cúpula de poder tiene que estar basada ideológicamente en esto y para eso está una mezcla de manipulación y fanatismo que se llama “bipensar” es decir que una persona sepa que está mintiendo pero que sea tan fanática que crea en la necesidad de esas mentiras  y se las crea.

En esto se trata de que no funcione nada del sistema gubernamental, pero que sí funcione la vigilancia del pensamiento, y como controla las ideas y las pasiones, y así los van dirigiendo, es como una ingeniería total, plantea la obra y la guerra sirve para eso, y tiene que ser permanente  para que el pueblo no se aburrida entonces para que  haya conmoción no pueden morir dos o tres personas tienen que morir cien, a veces los malos tienen que ganar rotundamente para que el miedo pueda operar y los buenos tiene que ganar algunas veces para que haya esperanza.

También se crean operaciones de terror para que a la gente no se le  olvide que debe estar asustada para que pueda estar funcionando de acuerdo al sistema y así se va manejando una dinámica del terror que necesita ciertos eventos frecuentes y periódicos de diferentes intensidades para mantener el gran negocio de la guerra en la economía, para gastar los excedentes, para la política y la gente esté ocupada y no se ponga a pensar cuál es la naturaleza de la sociedad donde está viviendo y a qué tendría derecho que es lo que no puede llegar a pensar.

George Orwell hace este modelo y nos comienza a contar cómo se usa la ideología, existe un departamento específico del lenguaje  y el lenguaje empieza a manejar los eufemismos, para no llamar a las cosas por su nombre, a la libertad le dicen esclavitud, a la guerra le dicen paz y a la ignorancia le dicen fuerza y así crean estas alusiones de equívocos para que la gente pierda la referencia de qué es qué en dónde, y esto nos muestra que el lenguaje es fundamental para la manipulación del pensamiento.


Johana bolívar

19134845

Por Otniel Cárdenas 20880302. Ensayo de la película 1984, George Orwell.

La dualidad entre tiempo y memoria, un desafía a la ciencia (Ensayo)
(Orwell y su obra “1984”)

"El que controla el pasado, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado"
(Orwell, “1984”)

Otniel Cárdenas 20880302

Es polémico pensar en la actualidad como un ser cambiante de sucesos y acciones que quizá ya hayan sido programadas para que sucedieran de esa manera, sin embargo todo acción se realiza con una intención, se transmite un mensaje que llega a un receptor. Orwell, en su obra 1984 plantea una sociedad en la que se sumergen tantos mensajes como acciones, al presentarnos un espacio y tiempo controlado por quien fuera su primer líder, “El Gran Hermano”.

Los avances de la ciencia se muestran desde una perspectiva olvidada, en donde lo importante es adaptar el mensaje a lo que deberían escuchar, para ellos, la clase proletaria. Vivir en una completa sombra, en dónde sus ojos y sus mentes son vendados, en sentido figurado, para que crean y vivan alejado de la realidad, pero que ahora esa es su realidad.

Comenzar con una insginia la cual todos deben admirar y respetar, LA GUERRA ES LA PAZ, LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD, LA IGNORANCIA ES LA FUERZA es decir, las tres consignas del partido, lucen pintadas en el muro de enfrente. Es su motor de vida, es decir la manera en que piensan y actúan, para no salir o no cruzar la línea de lo detestable.

Algo que se rescata directamente de esta obra es sin duda alguna cómo se manejan en termino de tiempo y espacio, el tiempo y la temporalidad en que 1984 se envuelve en una temática existencial en dónde todos los personajes toman parte de su propio tiempo muy a pesar de ser estrictamente controlado. El tiempo es parte fundamental en la construcción de la personalidad del individuo, al vivir en un totalitarismo, sus minutos, y sus segundos se transforman en una misión controlada en su propio universo.

El tiempo marca pauta en el quehacer en cómo se vive, el ser humano expresa su vida en función al tiempo que para ella emplea, hablar de la temporalidad es hablar del cómo transcurren las cosas, para Iparraguirre y Ardenghi  “La temporalidad es la Aprehensión del devenir que todo humano realiza mediante su sistema cognitivo en un determinado contexto cultural. El tiempo  no es más que el fenómeno del devenir en sí, que el humano es capaz de aprehender como temporalidad”.


Sin embargo hay algo más que podemos rescatar de 1984, la pasión en cómo las personas viven allí, orientadas a llevar una vida completamente regida por otros, pero que ellos creen suya, la capacidad de generar un olvido o una completa ignorancia a tener una memoria colectiva, tutelada por un tercero. Pensar en la educación del otro como la manipulación del individuo, supone otro paradigma dentro de la obra, la cual pone a la ciencia misma en cautela.  La reducción de la capacidad de razonar en las personas, era el objetivo principal de la evolución del neolengua. (Orwell, 1949)

La memoria colectiva, otro factor influyente en los personajes de 1984, quienes sabían que vivían en una guerra entre Eurasia y Oceanía, pero que más allá de eso persistía en su memoria solo lo que se les permitía recordar. Cómo saber lo que realmente ha pasado en el pasado? ¿Cómo dudar de lo que dicen de nuestros antepasados? Cuando la memoria falla y los testimonios escritos son falsificados, el Partido puede alterar fácilmente nuestra realidad y condiciones de vida humana, creando condiciones de vida 'estables' fundadas en el odio, el miedo y la crueldad; finge con estadísticas que la situación va mejor, aunque esto no sea cierto. . (Orwell, 1949)

“En la memoria existen factores que definen al individuo, es una reflexión sobre la condición humana"(Bruner,1986) la reflexión humana nos lleva a crear una memoria colectiva sobre experiencias pasadas que nos da una respuesta sobre el presente y nos hace creer predecir el futuro según dichas experiencias.  "Quien olvida su historia está condenado a repetirla", es muy común que esta frase nos la hayan dicho antes pero carecía de significado, sin embargo es el vivir lo que nos permite ser protagonista de las diferentes historias.

Cuando se plantea en la obra un totalitarismo, a su vez hay alguien que lo desafía, esto lo hace Winston, que poco a poco comienza a generar acciones que se supone están mal, pero para él son las correctas y las que deberían hacerse, desafía al propio Gran Hermano y a su doctrina, a la policía del pensamiento y a los diferentes ministerios que “el partido” maneja. En palabras del personaje,¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar la radio de toda acción de la mente?".
Al contemplar la narrativa de esta obra, se entiende que muy a pesar de que el totalitarismo cambie los hechos, de que desafíe a la ciencia  haciendo uso de ella misma, Entonces, “ la memoria social es, básicamente, un proceso de negociación constante y mediatizado entre el individuo y el/los colectivo/s a el/los que pertenece o en el/los que se inscribe” (Martínez Gallego, 2003).

REFERENCIAS
-Orwell, George. 1949. Obra “1984. Paidós Comunicación
-Iparraguirre, Gonzalo 2006 “Etnotemporalidad y temporalidad oficial en grupos mocoví”, Facultad de Humanidades Universidad Nacional de Salta. Salta

-Bruner Jerome. 1986. Realidad mental y mundos posibles.


 

Por Maria Lucia Barrueta V-21003179 Ensayo de la película 1984, George Orwell

Al leer el libro ¿Quien no piensa en  Winston, Julia, el Gran Hermano, el IngSoc?... No puedo pensar en otra cosa que todo lo que propone Orwell en esta novela pudiera llegar a ser posible... En el descontrolado mundo que vivimos en donde las ganas del poder superan todas las cosas.


1984 (la novela) nos habla de una sociedad totalitaria, definida por una guerra perpetua en la cual los ciudadanos no tienen poder de decisión propia con telepantallas en todas partes (que emiten propaganda del Partido y vigilan simultáneamente a todos); donde constantemente se vive en el pasado más pretérito, donde cualquier pensamiento ajeno a lo propuesto por el partido es castigado, por ejemplo algo tan humano como el amor y la preocupación por una persona es castigado considerándose una especie de crimen mental.

Todo comienza con Winston Smith quien es un miembro del partido exterior que trabaja en el "ministerio de la verdad" y adquiere ilegalmente un diario en el que comienza a escribir, escribir, escribir... Expresando cada uno de sus pensamientos en contra del partido.

La película mantiene una buena semejanza con la novela, expresa en pantalla el miedo, la nostalgia, lastima y rabia que se siente al leer la novela. Es desmoralizadora, el control extremo que mantienen sobre las personas, no viven en una individualidad, cada uno de sus movimientos son constantemente vigilados... Es una cárcel continua en cada rincón.
Lo más impactante es la cantidad de juegos mentales (psicológicos e ideológicos)... Mostrando vídeos que desmoralizan día a día a las personas y en los cuales se aumenta su sed de rabia.


Tanto la novela como la película se genera en una guerra perpetua, una escasez diaria, un miedo constante, el exceso de trabajo, destrucción de cualquier nivel de vida... Todo contrario al partido es destruido El Gran Hermano, Goldstein, la Guerra, son inmortales... Se maneja una destrucción del lenguaje desmoralizando cada vez más a las personas ya que esto genera una disminución de capacidad y pensamiento propio.


La historia personal de Winston y Julia, emociona en todo su recorrido. Primero por lo intenso y lleno de vida y esperanza... Luego de que se siente que al menos se tienen el uno al otro, pero como una terrible historia de amor y crueldad hasta esto les quita el partido... Sustituyendo por el amor solamente al Gran Hermano.

Al final de todo la obra y la película de 1984 nos muestra un pensamiento lleno de egoísmo, odio y poder... Nos muestra que no debemos dejarnos llevar a un pensamiento y a que cada uno tiene que tener sus propios ideales y que estos mismos sean respetados. Como un ejemplo real de estas obras tenemos la terrible situación de Corea del Norte. En donde toda corriente de pensamiento diferente es castigado y donde muchas de las personas prefieren morir tratando de cruzar la frontera que permanecer en un régimen tan cerrado.

Maria Lucia Barrueta V-21003179