viernes, 13 de diciembre de 2013

Por Gabriela I. Buitrago R. 20.628.394. Más real que la ficción

Gabriela I. Buitrago R.
20.628.394
Más real que la ficción
(Ensayo)


Por mucho que miremos el reloj o el calendario, parece casi imperceptible el hecho de que vivimos más de un tiempo a la vez, vivimos el tiempo de nuestra mente, de nuestro cuerpo, de nuestras relaciones con otros, de nuestra localidad, tiempo mundial, tiempo universal y a su vez con todos los tiempos que van conectándose a nuestras vidas y van dando forma a un tiempo más compacto que es el que logramos percibir como pasado, presente y trata de dar forma a un tiempo más incierto aun que es el futuro.

También pasa lo mismo con nuestra memoria, estamos sujetos a una mete que posee todos nuestros pensamientos y recuerdos, desde lo más antiguos a los más recientes, así como poseemos una memoria subconsciente que trabaja más allá de nuestro propio control sobre ella.
No bastando esto, estamos sujetos a la evaluación de la memoria compartida, esa serie de recuerdos que forman parte de la memoria de otros, y no menos importante, aquel imaginario y la memoria colectiva, donde a pesar de manejar recuerdos que parecen difíciles de eliminar o modificar, la verdad es que aun así, siguen sujetos a la interpretación de cada mente.
Cuando el humano crea algo, lo hace con muchos fines, pero los más importantes siempre van a  ser, el de satisfacer sus propias necesidades, el de complacer o posicionarse sobre otros, y el de  lograr un espacio en el tiempo y la memoria de los demás, para que perdure en un recuerdo sólido y no sea dejado en el olvido o que viva sólo en un tiempo efímero.

Aunque a veces no lo asumamos, o no identifiquemos que es así, es importante para nosotros que nuestras ideas, propuestas, trabajos obras o cualquier creación, sea resguardada en el tiempo y la memoria de otros, de nuestra sociedad o del mundo entero. Parece a veces que la satisfacción propia no está completa sin la aprobación del otro y sin la tranquilidad de saber que aquello va a ser heredado a otros y así evitamos el miedo no sólo a nuestra muerte sino a la muerte de nuestras ideas.

A veces estas creaciones de la mente humana, se pueden unir a otras muy similares y crear movimientos grandes, dándole mayor magnitud a una idea que en principio rondaba por una sola cabeza, pero que en común toma otra forma más poderosa y que en la mayoría de los casos va a buscar que sean cada vez más, otras mentes piensen lo mismo y quieran dar a conocer estas ideas.

No es un caso que se nos haga muy lejano, lo ha vivido el hombre desde sus inicios, los grandes imperios, el mito de la masculinidad sobre la feminidad, los avances científicos y tecnológicos, las tradiciones de los pueblos, los géneros en la música, los movimientos pictóricos, la forma de hacer cine, la moda, la arquitectura.

            En la obra de Huxley (1932): ¿Por qué no le dais a la gente libros sobre Dios? Por la misma razón por la que no le damos Otelo; son viejos; tratan sobre el Dios de hace cien años, no sobre el Dios de hoy. ‘Pero Dios no cambia’ Los hombres, sin embargo, sí.”. (p.94)

Todos los paradigmas y modelos que nos han rodeado, alguna vez fueron  una idea que trató de imponerse en la memoria y el tiempo, pero hay unos modelos que quizás son los que más marcan el curso de nuestras vidas, la religión y la política, por ser los que marcan los patrones de nuestra sociedad y economía que afectará también a nuestra cultura y percepción de ver el mundo que nos rodea.

La sociedad contemporánea vive una época donde se retorna al uso de los viejos ideales políticos y religioso de una manera que parece nueva y original, indica Castells (2006): “La exageración profética y la manipulación ideológica que caracteriza la mayoría de los discursos sobre la revolución de la tecnología de la información no deben llevarnos a menos preciar su verdadero significado” (p.56).

Pero a la par se está viviendo un movimiento del quiebre de todos estos ideales, donde la gente ya no está creyendo en las grandes jerarquías que se nos han impuesto y conoce la otra cara de las grandes historias, mitos, leyendas y acontecimientos que han forjado el imaginario colectivo de este siglo, producto de revolución tecnológica y  la nueva sociedad de la información en la que vivimos.

El eterno retorno de nuestra sociedad, también lo podemos vivenciar a través de las creaciones artísticas como la reconocida obra literaria de George Orwell 1984 que fue llevada al cine luego por Michael Radford. La obra literaria fue publicada en el año 1949 y la película en el propio año 1984.

Para aquellos que pudieron ver la película en su año de estreno y haber leído el libro, se les presentaron dos tiempos que se veían combinados, por un lado, la visión futurista del autor acerca de la sociedad utópica que él planteaba en una fecha que parecía lejana, y por otro lado la visión propia del espectador ante la película en el año donde se suponía sucederían todos estos hechos.

Para nosotros, casi 30 años después del estreno del film, se nos presenta la opción de evaluar tres tiempos, los dos anteriores y el de la comparación con nuestra sociedad actual, ver si esas dos visiones literarias y cinematográficas que parecían utópicas, realmente sucedieron o están sucediendo hoy en día.

“Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece.” Así comienza la obra literaria y nos hace conscientes desde un principio se trata de una sociedad en la que el tiempo, y su noción misma, cómo se percibe y se materializó, sin duda ha sufrido algún tipo de mutación, se ha modificado. Incluso Winston, el personaje principal de la novela, comienza a escribir su diario que él no sabe con certeza que esto era 1984 porque “¡cualquiera va a saber hoy en qué año vive!”.

Para muchos, la historia comienza cuando los hombres comienzan a pensar en el paso del tiempo, no en términos de procesos naturales como el ciclo de las estaciones, la duración de la vida humana, sino según, Carr (1961): “de  una serie de eventos específicos en los cuales los hombres están conscientemente involucrados y pueden conscientemente influenciar”. (p. 33)

            La constante interrogación acerca del pasado en todo el desarrollo de la película se da en medio de la gran nube que ciega la percepción exacta del mismo debido al tiempo inexplicable que vive la sociedad utópica del Orwell y al tiempo sin tiempo que viven cada uno de los personajes, sumergidos sólo en la construcción de un momento recreado por el partido.

            Es interesante cómo también se ve el juego con la memoria, hay patrones que podemos observar hoy en día. La necesidad de simbolizar, iconizar e idealizar un objeto o persona para la adulación, que se encuentre libre de cualquier juicio. En este caso el Gran Hermano, una figura omnipresente que se ha convertido en “el guía” de una revolución que no está muy clara cuándo, por qué empezó o contra quién exactamente es.

            Es una figura que persiste de manera que quede impregnada en la memoria de esta sociedad, y cuya aparición se ve limitada exclusivamente para ser figura representativa de la salvación y de la solución correcta. Vemos que atrapa a la sociedad y la hace súbdita de una manera no monárquica sino como devota.

            Los historiadores tienen que lidiar con el tiempo y si el tiempo cambia, su noción es alterada y esto traerá consecuencias e implicaciones. Este hecho es transformado en la idea que se les inyecta a la sociedad orwelliana, pues han sido preparados para vivir siempre en un tiempo de “paz” que necesita guerra, una guerra que va cambiando de enemigo pero que jamás deja de ser guerra para “evitar que acabe la paz”.

            Hay otra premisa a lo largo de la intervención psicológica que se les practica a los personajes, que normalmente también podemos apreciar en la manipulación de la historia en nuestras sociedades y la manera de captar la emoción a través de los recuerdos. Esta premisa es la de lo que más sentimos es lo que más debemos recordar; estos personajes están sujetos a un sentimiento de una revolución que les cambió su sociedad y este sentimiento es tan fuerte que a pesar de todo, a esto es a lo que se aferran.

            Algo muy similar ocurre con los constantes eufemismo, o creando un nuevo lenguaje para hacerlos sentir en progreso. Esta paz por guerra o este control constante, son necesarios para la sensación de tranquilidad externa de las personas dentro de esta sociedad, se justifican como el cuidado que se les da ante las fuerzas externas. Hay una necesidad de crearse una identidad en conjunto para afianzar en la memoria que son el todo de una revolución, que lo que haga uno afecta al resto y así evitar que se vaya en contra de la corriente.

            En 2000, Michael Gazzaniga, profesor de Psicología, escribió que el lado izquierdo del cerebro teje su historia con el fin de convencerse a sí mismo y que está en control total, además la precisión de la memoria está en el hemisferio que sea usado, por lo tanto nos hace más susceptibles a intervención. Por eso, el influenciador siempre buscará jugar con el pasado del ser humano, porque es nuestra debilidad fisiológica.

            Los historiadores, al construir la historia, con sus propias preferencias, elaboran teorías para asimilar la nueva información, nuevos hechos, dentro de un todo comprensible, y al hacer esto, como el lado izquierdo del cerebro, tienen un efecto sobre la reconstrucción del pasado.  Pero ya que no podemos aprehender el pasado en su totalidad, quizás sea el precio a pagar por un bienestar interno.

Los nuevos hechos siempre se integraran con los viejos hechos. Quizás por esto, George Orwell en su visión “utópica” en 1984, aun nos sorprenda con la similitudes de las situaciones actuales que incluso vivimos en nuestro país, quizás pasen otros 30 años más y siga pareciendo que aquella obra es la réplica de nuestra sociedad ahora, que su ficción es nuestra realidad más próxima.

            Creó un tiempo y una memoria dentro de su obra, usó una psicología y métodos que parecían imperceptibles y creó una de las más grandes obras de nuestros tiempos que juega y seguirá jugando con nuestras memorias.

BILIOGRAFÍA

- HUXLEY, A. (1932). Un Mundo Feliz. Reino Unido
- CASTELLS, M (2006). La Sociedad Red. Alianza Editorial. España
- CARR, E.H. What is History? (Qué es Historia?) (1961). Londres, Inglaterra.

- GAZZANIGA, M (2000). El Pasado de La Mente. Berkeley, California: University of California Press.            

Por Johana Bolívar. Quien manipula el miedo a la muerte puede manipular la sociedad.

Quien manipula el miedo a la muerte puede manipular la sociedad


En la obra 1984, de George Orwell muestra que era los organismos del control del estado quienes mantenían al pueblo atados los unos a los otros, ya que nadie podía levantar si quiera la cabeza, entonces Orwell escribe la historia de un mundo completamente controlado.

En 1984 él habla de un mundo donde los que están organizando la sociedad tienen perfectamente claro cómo funciona la historia y van a controlarla para que funcione a su favor, hipotéticamente habla de una sociedad donde existen tres niveles de personas; los altos, los bajos y los medios. Los altos viven en extrema comodidad, los medios siempre van a querer ser altos, y los bajos se unirán con los medios para tratar ellos de ser medios y derrocar a los altos, esa es la dinámica social y para que eso se mantenga en dichos niveles hay que controlar y manipular la sociedad.  

En ésta película Orwell expone una sociedad industrial que como ya produce suficiente dinero para satisfacer las necesidades básicas de la mayoría de la población, si todo el mundo comiera, todo el mundo pensaría, si todo el mundo tuviera la posibilidad de acceder a un nivel de vida mejor, todos estarían en capacidad de reflexionar sobre la sociedad y eventualmente querrían ser altos, entonces se necesita que no tengan tiempo para pensar ni tiempo para comer, para que no se coloquen demasiado críticos y no tengan una idea muy subversiva de lo que puede hacer la realidad.

Para que los bajos no se revelen, los excedentes económicos se gastan en las guerras y así no se pueda generar creatividad, ¿qué tipos de guerras? Guerras que no se puedan ganar pero que tampoco se puedan perder, donde no se pueda definir nada pero todos están allí.

En las guerras se comienza a manejar el miedo, ese tipo de miedo donde se sienta que alguien puede salvar, entonces ese terror tiene que tener alguien a quien odiar y alguien que sea la salvación. Se trata de controlar las mentes de las personas en la sociedad para evitar que tengan la capacidad crítica para revisar su situación histórica y de esa manera le van a manipular el miedo a la muerte.

Se comienza a alimentar el miedo con prácticas cotidianas que hacen que esto sea eficaz, por ejemplo; dos minutos de odio diario, todos los días en la mañana le dedican dos minutos de odio para acentuar quien era el enemigo, por las mañana se levantaban con el terror de cámaras que alguien estaba observando hasta los pensamientos más profundos.

¿Quién observa los pensamientos más profundos? él se llama “El Gran Hermano”  este es la figura omnipresente de esta obra de Orwell que se mete hasta en lo profundo de las conciencias de las personas para vigilar que es lo que piensan ¿de qué los están vigilando? Los vigilan para que no escriban porque quien escribe reflexiona, para que no conozcan la historia porque saben que quien conoce la historia se dará cuenta que se la están volviendo aplicar, entonces la historia la van cambiando permanentemente y la van alterando para que piense que la situación que viven siempre ha sido así, es eterna y de la única manera que puede funcionar.

Este sistema trabaja a partir del fanatismo y del odio y que todo el mundo lo crea o al menos la mayoría, porque si no lo cree la mayoría entonces no funciona, y para que todos lo crean la cúpula de poder tiene que estar basada ideológicamente en esto y para eso está una mezcla de manipulación y fanatismo que se llama “bipensar” es decir que una persona sepa que está mintiendo pero que sea tan fanática que crea en la necesidad de esas mentiras  y se las crea.

En esto se trata de que no funcione nada del sistema gubernamental, pero que sí funcione la vigilancia del pensamiento, y como controla las ideas y las pasiones, y así los van dirigiendo, es como una ingeniería total, plantea la obra y la guerra sirve para eso, y tiene que ser permanente  para que el pueblo no se aburrida entonces para que  haya conmoción no pueden morir dos o tres personas tienen que morir cien, a veces los malos tienen que ganar rotundamente para que el miedo pueda operar y los buenos tiene que ganar algunas veces para que haya esperanza.

También se crean operaciones de terror para que a la gente no se le  olvide que debe estar asustada para que pueda estar funcionando de acuerdo al sistema y así se va manejando una dinámica del terror que necesita ciertos eventos frecuentes y periódicos de diferentes intensidades para mantener el gran negocio de la guerra en la economía, para gastar los excedentes, para la política y la gente esté ocupada y no se ponga a pensar cuál es la naturaleza de la sociedad donde está viviendo y a qué tendría derecho que es lo que no puede llegar a pensar.

George Orwell hace este modelo y nos comienza a contar cómo se usa la ideología, existe un departamento específico del lenguaje  y el lenguaje empieza a manejar los eufemismos, para no llamar a las cosas por su nombre, a la libertad le dicen esclavitud, a la guerra le dicen paz y a la ignorancia le dicen fuerza y así crean estas alusiones de equívocos para que la gente pierda la referencia de qué es qué en dónde, y esto nos muestra que el lenguaje es fundamental para la manipulación del pensamiento.


Johana bolívar

19134845

Por Otniel Cárdenas 20880302. Ensayo de la película 1984, George Orwell.

La dualidad entre tiempo y memoria, un desafía a la ciencia (Ensayo)
(Orwell y su obra “1984”)

"El que controla el pasado, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado"
(Orwell, “1984”)

Otniel Cárdenas 20880302

Es polémico pensar en la actualidad como un ser cambiante de sucesos y acciones que quizá ya hayan sido programadas para que sucedieran de esa manera, sin embargo todo acción se realiza con una intención, se transmite un mensaje que llega a un receptor. Orwell, en su obra 1984 plantea una sociedad en la que se sumergen tantos mensajes como acciones, al presentarnos un espacio y tiempo controlado por quien fuera su primer líder, “El Gran Hermano”.

Los avances de la ciencia se muestran desde una perspectiva olvidada, en donde lo importante es adaptar el mensaje a lo que deberían escuchar, para ellos, la clase proletaria. Vivir en una completa sombra, en dónde sus ojos y sus mentes son vendados, en sentido figurado, para que crean y vivan alejado de la realidad, pero que ahora esa es su realidad.

Comenzar con una insginia la cual todos deben admirar y respetar, LA GUERRA ES LA PAZ, LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD, LA IGNORANCIA ES LA FUERZA es decir, las tres consignas del partido, lucen pintadas en el muro de enfrente. Es su motor de vida, es decir la manera en que piensan y actúan, para no salir o no cruzar la línea de lo detestable.

Algo que se rescata directamente de esta obra es sin duda alguna cómo se manejan en termino de tiempo y espacio, el tiempo y la temporalidad en que 1984 se envuelve en una temática existencial en dónde todos los personajes toman parte de su propio tiempo muy a pesar de ser estrictamente controlado. El tiempo es parte fundamental en la construcción de la personalidad del individuo, al vivir en un totalitarismo, sus minutos, y sus segundos se transforman en una misión controlada en su propio universo.

El tiempo marca pauta en el quehacer en cómo se vive, el ser humano expresa su vida en función al tiempo que para ella emplea, hablar de la temporalidad es hablar del cómo transcurren las cosas, para Iparraguirre y Ardenghi  “La temporalidad es la Aprehensión del devenir que todo humano realiza mediante su sistema cognitivo en un determinado contexto cultural. El tiempo  no es más que el fenómeno del devenir en sí, que el humano es capaz de aprehender como temporalidad”.


Sin embargo hay algo más que podemos rescatar de 1984, la pasión en cómo las personas viven allí, orientadas a llevar una vida completamente regida por otros, pero que ellos creen suya, la capacidad de generar un olvido o una completa ignorancia a tener una memoria colectiva, tutelada por un tercero. Pensar en la educación del otro como la manipulación del individuo, supone otro paradigma dentro de la obra, la cual pone a la ciencia misma en cautela.  La reducción de la capacidad de razonar en las personas, era el objetivo principal de la evolución del neolengua. (Orwell, 1949)

La memoria colectiva, otro factor influyente en los personajes de 1984, quienes sabían que vivían en una guerra entre Eurasia y Oceanía, pero que más allá de eso persistía en su memoria solo lo que se les permitía recordar. Cómo saber lo que realmente ha pasado en el pasado? ¿Cómo dudar de lo que dicen de nuestros antepasados? Cuando la memoria falla y los testimonios escritos son falsificados, el Partido puede alterar fácilmente nuestra realidad y condiciones de vida humana, creando condiciones de vida 'estables' fundadas en el odio, el miedo y la crueldad; finge con estadísticas que la situación va mejor, aunque esto no sea cierto. . (Orwell, 1949)

“En la memoria existen factores que definen al individuo, es una reflexión sobre la condición humana"(Bruner,1986) la reflexión humana nos lleva a crear una memoria colectiva sobre experiencias pasadas que nos da una respuesta sobre el presente y nos hace creer predecir el futuro según dichas experiencias.  "Quien olvida su historia está condenado a repetirla", es muy común que esta frase nos la hayan dicho antes pero carecía de significado, sin embargo es el vivir lo que nos permite ser protagonista de las diferentes historias.

Cuando se plantea en la obra un totalitarismo, a su vez hay alguien que lo desafía, esto lo hace Winston, que poco a poco comienza a generar acciones que se supone están mal, pero para él son las correctas y las que deberían hacerse, desafía al propio Gran Hermano y a su doctrina, a la policía del pensamiento y a los diferentes ministerios que “el partido” maneja. En palabras del personaje,¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar la radio de toda acción de la mente?".
Al contemplar la narrativa de esta obra, se entiende que muy a pesar de que el totalitarismo cambie los hechos, de que desafíe a la ciencia  haciendo uso de ella misma, Entonces, “ la memoria social es, básicamente, un proceso de negociación constante y mediatizado entre el individuo y el/los colectivo/s a el/los que pertenece o en el/los que se inscribe” (Martínez Gallego, 2003).

REFERENCIAS
-Orwell, George. 1949. Obra “1984. Paidós Comunicación
-Iparraguirre, Gonzalo 2006 “Etnotemporalidad y temporalidad oficial en grupos mocoví”, Facultad de Humanidades Universidad Nacional de Salta. Salta

-Bruner Jerome. 1986. Realidad mental y mundos posibles.


 

Por Maria Lucia Barrueta V-21003179 Ensayo de la película 1984, George Orwell

Al leer el libro ¿Quien no piensa en  Winston, Julia, el Gran Hermano, el IngSoc?... No puedo pensar en otra cosa que todo lo que propone Orwell en esta novela pudiera llegar a ser posible... En el descontrolado mundo que vivimos en donde las ganas del poder superan todas las cosas.


1984 (la novela) nos habla de una sociedad totalitaria, definida por una guerra perpetua en la cual los ciudadanos no tienen poder de decisión propia con telepantallas en todas partes (que emiten propaganda del Partido y vigilan simultáneamente a todos); donde constantemente se vive en el pasado más pretérito, donde cualquier pensamiento ajeno a lo propuesto por el partido es castigado, por ejemplo algo tan humano como el amor y la preocupación por una persona es castigado considerándose una especie de crimen mental.

Todo comienza con Winston Smith quien es un miembro del partido exterior que trabaja en el "ministerio de la verdad" y adquiere ilegalmente un diario en el que comienza a escribir, escribir, escribir... Expresando cada uno de sus pensamientos en contra del partido.

La película mantiene una buena semejanza con la novela, expresa en pantalla el miedo, la nostalgia, lastima y rabia que se siente al leer la novela. Es desmoralizadora, el control extremo que mantienen sobre las personas, no viven en una individualidad, cada uno de sus movimientos son constantemente vigilados... Es una cárcel continua en cada rincón.
Lo más impactante es la cantidad de juegos mentales (psicológicos e ideológicos)... Mostrando vídeos que desmoralizan día a día a las personas y en los cuales se aumenta su sed de rabia.


Tanto la novela como la película se genera en una guerra perpetua, una escasez diaria, un miedo constante, el exceso de trabajo, destrucción de cualquier nivel de vida... Todo contrario al partido es destruido El Gran Hermano, Goldstein, la Guerra, son inmortales... Se maneja una destrucción del lenguaje desmoralizando cada vez más a las personas ya que esto genera una disminución de capacidad y pensamiento propio.


La historia personal de Winston y Julia, emociona en todo su recorrido. Primero por lo intenso y lleno de vida y esperanza... Luego de que se siente que al menos se tienen el uno al otro, pero como una terrible historia de amor y crueldad hasta esto les quita el partido... Sustituyendo por el amor solamente al Gran Hermano.

Al final de todo la obra y la película de 1984 nos muestra un pensamiento lleno de egoísmo, odio y poder... Nos muestra que no debemos dejarnos llevar a un pensamiento y a que cada uno tiene que tener sus propios ideales y que estos mismos sean respetados. Como un ejemplo real de estas obras tenemos la terrible situación de Corea del Norte. En donde toda corriente de pensamiento diferente es castigado y donde muchas de las personas prefieren morir tratando de cruzar la frontera que permanecer en un régimen tan cerrado.

Maria Lucia Barrueta V-21003179

viernes, 22 de noviembre de 2013

La historia social de la ciencia y la tecnología. Por: Fabián Arellano, Leidy Martinez, Maria Romero, Winder Sanchez

Universidad de Los Andes
Núcleo “Dr. Pedro Rincón Gutiérrez”
Departamento de Comunicación Social





La historia social de la ciencia y la tecnología.
(ENSAYO)






Arellano Fabián
Martínez Leidy
Romero María
Sánchez  Winder











El desarrollo social acarrea el cambio de costumbres humanas sobre su convivencia, e interacción mutua. Dichos cambios se han dado a nivel mundial por diferentes escalas y en diferentes épocas, lo que se traduce a culturas distintas en las polis principales.
Tanto la cultura como la ciencia toman un importante punto en el desarrollo social, ya que se da como educación al hombre y por trabajo del mismo. Generación tras generación el hombre se ha quitado la venda sobre teorías estables y se ha dado cuenta como nuevos descubrimientos puede resolver problemas ciudadanos.
No todo está dicho ni hecho, a estas alturas el ser humano ha perdido la capacidad de asombro y sabe que la ciencia puede seguir sorprendiendo y educándolo con nuevos hallazgos.
Por muy primitiva y borrosa que sea nuestra idea de cambio social, sería difícil negar que la ciencia y la tecnología figuren entre los elementos que contribuyen a producir cambios en la sociedad. El desarrollo científico y tecnológico es uno de los factores más influyentes sobre la sociedad contemporánea.
La globalización mundial, polarizadora de la riqueza y el poder, sería impensable sin el avance de las fuerzas productivas que la ciencia y la tecnología han hecho posibles. Los poderes políticos y militares, la gestión empresarial, los medios de comunicación masiva, descansan sobre pilares científicos y tecnológicos. También la vida del ciudadano común está notablemente influida por los avances tecnocientíficos.
La actividad que denominamos ciencia se desenvuelve en el contexto de la sociedad, de la cultura e interactúa con sus más diversos componentes. Al hablar de ciencia como actividad nos dirigimos al proceso de su desarrollo, su dinámica e integración dentro del sistema total de las actividades sociales. Desde esta perspectiva se promueven a un primer plano los nexos ciencia/política, ciencia/ideología, ciencia/ producción, en general ciencia/sociedad.
El conocimiento aparece como una función de la existencia humana, como una dimensión de la actividad social desenvuelta por hombres que contraen relaciones objetivamente condicionadas. Sólo dentro del entramado que constituyen esas relaciones es posible comprender y explicar el movimiento histórico de la ciencia.
El concepto de ciencia se suele definir por oposición al de técnica, según las diferentes funciones que ellas realizan. En principio la función de la ciencia se vincula a la adquisición de conocimientos, al proceso de conocer, cuyo ideal más tradicional es la verdad, en particular la teoría científica verdadera. La objetividad y el rigor son atributos de ese conocimiento.
La ciencia ha cambiado considerablemente, desde una ciencia basada en la contemplación, para luego orientarse al descubrimiento y finalmente, lo cual sería su rasgo contemporáneo, a la investigación. La investigación se refiere a la actividad de producción de conocimientos que se despliega a partir de los resultados anteriores expresados en modelos, leyes, teorías y también, instrumentos, equipos, experiencias, habilidades, todos los cuales son constructos creados por el hombre con el fin de explicar y manipular. Esa utilización de los resultados precedentes, su modificación permanente, el cruce de informaciones, modelos, es lo que constituye la ciencia en una tradición acumulativa de conocimientos y prácticas.
La función de la técnica se vincula a la realización de procedimientos y productos, al hacer cuyo ideal es la utilidad. La técnica se refiere a procedimientos operativos útiles desde el punto de vista práctico para determinados fines. Constituye un saber cómo, sin exigir necesariamente un saber por qué. Ese por qué, es decir, la capacidad de ofrecer explicaciones, es propia de la ciencia.
Históricamente han existido civilizaciones dotadas de técnicas desarrolladas y escaso conocimiento científico: Egipto, China, el Imperio Inca, son algunos ejemplos. En cambio la civilización griega clásica avanzó más en la ciencia, acompañada de una técnica menos avanzada.
El pensamiento griego menospreciaba la técnica, lo práctico y consideraba superior la vida contemplativa o teorética. Platón y Aristóteles propusieron que ningún trabajador manual pudiera ser ciudadano; el trabajo artesanal y manual es vergonzoso y deformador. Aquí encontramos un de los orígenes remotos del privilegio concedido a la ciencia como teoría más que como práctica social y también una de las razones del énfasis excesivo en la diferenciación entre ciencia y técnica (o tecnología) que hasta hoy nos acompaña.
El Renacimiento marcó un punto de viraje al establecer el primado del hombre sobre la naturaleza. El dominio del hombre exige del conocimiento, de un saber útil. Con ello la idea de un saber desinteresado va a ir cediendo paso a la idea de un saber útil, orientador de una práctica de dominio de la naturaleza. La nueva ciencia natural alimenta el proyecto de aprovechar el descubrimiento de leyes naturales para dominar la naturaleza. Más aún, esos conocimientos permitieron inventar máquinas que se basan en proyectos racionales sustentados en la nueva ciencia, abstracta y matematizada; esas particularidades son las que le permiten proyectar instrumentos y prácticas, es decir, inventar.
Es ese proceso de articulaciones renovadas entre conocimiento teórico, abstracto, matemático y creación de equipos, aparatos, máquinas, lo que permite el tránsito a la tecnología: la técnica se enriquece en virtud de su asunción dentro de un nuevo horizonte de racionalidad, la racionalidad científica, alimentada de un móvil utilitario.
La nueva ciencia vino a proporcionar posibilidades inéditas a la técnica, esa creencia fue posible por su estrecha relación con los desarrollos técnicos y sus demandas. La mecánica de las máquinas de tiro experimentó grandes avances en la Edad Media con la introducción del trabuco o catapulta de contrapeso y del cañón.
A diferencia de la ingeniería clásica, dedicada a la producción de artefactos, la balística ingenieril renacentista se interesó por los problemas del uso de estos, es decir, problemas de tiro. Los problemas de la balística movieron a Galileo a ocuparse de la caída de los graves. "La ciencia moderna es, pues, el resultado del reencuentro renacentista entre la antigua tradición teórica científica y la tradición operativa inmanente en la mecánica ingenieril.
La tecnología no es un artefacto inocuo. Sus relaciones con la sociedad son muy complejas. De un lado, no hay duda de que la tecnología está sujeta a un cierto determinismo social. La evidencia de que ella es movida por intereses sociales parece un argumento sólido para apoyar la idea de que la tecnología está socialmente moldeada.
Pero también es importante visualizar el otro lado de la relación entre tecnología y sociedad. Para ello hay que detenerse en las características intrínsecas de las tecnologías y ver cómo ellas influyen directamente sobre la organización social y la distribución de poder.
En la civilización tecnológica que vivimos la tecnología es una red que abarca los más diversos sectores de la actividad humana, un modo de vivir, de comunicarse, de pensar, un conjunto de condiciones por las cuales el hombre es dominado ampliamente, mucho más que tenerlos a su disposición.
En el corazón de la civilización contemporánea, el desarrollo tecnológico está alterándolo todo, desde lo económico y lo político hasta lo psicosocial, la vida íntima de las personas, los patrones de consumo, la reproducción humana, la extensión de la vida y sus límites con la muerte.
Tal omnipresencia es un resultado histórico tras el cual se revelan varios procesos sociales relevantes que explican el estado social actual de la ciencia y la tecnología. Esos procesos sociales incluyen:
  1. La Revolución Científica de los siglos XVI y XVII que dio origen a la ciencia moderna y desencadenó procesos de institucionalización y profesionalización de la práctica científica, así como desarrollos conceptuales y metodológicos que tendrían notables efectos sobre la ciencia y su relación con la sociedad en los tres siglos siguientes.
  2. Las revoluciones industriales y los profundos cambios tecnológicos que las acompañan. Cambios que conducen a una aproximación creciente con la ciencia hasta confundirse ambos en la segunda mitad del Siglo XX a través de la Revolución Científica y Tecnológica. El paradigma tecnológico que se desenvuelve en las tres últimas décadas ha sido especialmente intensivo en el consumo de conocimientos e impactante en términos de su alcance social.
  3. El ascenso del capitalismo y su dominio planetario, afirmado luego de la crisis del socialismo europeo. La consolidación de la ciencia moderna y del capitalismo son dos procesos históricamente paralelos e interconectados como se mostrará más adelante. La mundialización del capitalismo es un proceso asociado no sólo a las fuerzas productivas y las relaciones de producción que le proporcionan su fundamento, sino a las pautas de consumo que él promueve y a los modelos de desarrollo que preconiza, a los cuales atribuye una universalidad que sus apologetas consideran imposible de contestar.
  4. El surgimiento, afirmación y crisis del sistema mundial del socialismo. Tanto por sus esfuerzos y éxitos en el campo de la ciencia y la tecnología, como por las respuestas que sus avances demandaron del capitalismo en el contexto de la guerra fría, la existencia del socialismo ha sido un hecho social fundamental para explicar el desarrollo científico y tecnológico de este siglo.
  5. La fractura planetaria entre países desarrollados y países subdesarrollados. La riqueza mundial está sumamente concentrada en un grupo de países lo que les proporciona un enorme poder en las relaciones internacionales. Ese poder se apoya en el dominio de la ciencia y tecnología, aún más concentradas que la riqueza. Esa polarización tiene consecuencias enormes para cualquier país que intente desarrollar ciencia y tecnología.
En el siglo XX apareció una nueva ciencia: la Seguridad Industrial. Nace por la imperiosidad de disminuir lo accidental que se incorpora a las tecnologías, las eventualidades que ocurren en cualquier proceso que pretenda rigurosamente guiarse por teorías científicamente comprobadas.
Y es que estamos en medio de un cosmos de enormes ocurrencias, tales que ni aun todo el conjunto de la ciencia y tecnología actual, pueden predecir al detalle. Junto con estos asuntos aparecen nuevas preocupaciones éticas relacionadas con la manera en que las sociedades humanas deberían coexistir con otras especies y explotar los recursos mundiales. En este sentido, la ética se introduce en las preocupaciones medioambientales, que son el segundo legado más importante de las enormes inversiones en ciencia y tecnología realizadas en el siglo XX. Aparece entonces lo casual, lo accidental, lo que no es esencial al proceso de trabajo donde se ejecuta determinada tecnología. Pero simultáneamente aparece el ser humano estudiando el proceso accidental. Crear modelos de accidente es sumamente importante para someterlos a prueba y demostrar las causas que generan los riesgos. También para evitar la argumentación de casualidad pura como condición para la existencia del accidente.

Bibliografia
Arocena, R. (1993): Ciencia, tecnología y sociedad. Cambio tecnológico y desarrollo. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires.
Arocena, R. (1995): La cuestión del desarrollo vista desde América Latina, EUDECI, Montevideo.
Barnes, B. (1995): Sobre ciencia, RBA Editores, Barcelona.
Ben-David, J; A. Zloczower (1980): “El desarrollo de la ciencia institucionalizada en Alemania”, Barry Barnes (ed) Estudio sobre sociología de la ciencia, Alianza Universidad, Madrid.
Cassiolato, J.E.(1994): "Innovación y cambio tecnológico", en Martínez, E (1994).
Cerejido, M. (1996): "En América Latina ya podemos investigar, el próximo paso es tratar de hacer ciencia", Interciencia, marzo -abril, vol.21, Nº 2, Caracas.
Ciapuscio, Héctor P.(1994): El fuego de Prometeo. Tecnología y sociedad, EUDEBA, Buenos Aires.
Martínez, E (ed.) (1993): Estrategias, planificación y gestión de ciencia y tecnología, Nueva Sociedad, Caracas.

Martínez, E. (ed.) (1994): Ciencia, tecnología y desarrollo, Nueva Sociedad, Caracas.

Nuevas propuestas para la construcción de conocimiento. Por: Johana Bolívar, Gianfranco Colella, Andreina Matheus.

Universidad de Los Andes
Núcleo “Dr. Pedro Rincón Gutiérrez”
Departamento de Comunicación Social



















Nuevas propuestas para la construcción de conocimiento
(ensayo)










Bolívar, Johana
C.I.: 19.134.845
Colella Molina, Gianfranco
C.I.: 19.145.119
Matheus Monsalve, Andreina
C.I.: 20.624.536











Los seres humanos actúan socialmente. No se diluye de forma autónoma en la mente de los sujetos la realidad a través de estructuras formadas mediante la sociedad, pues dichas estructuras funcionan como el marco en el que se desenvuelven las personas que ejercen acciones a partir de su capacidad de conocimiento; ni tampoco sucede al contrario, ya que los sujetos ejercen mayor o menor autonomía, pero nunca lo hacen de forma mecánica dentro de estructuras sociales.
De igual manera la resistencia explícita o implícita a las acciones cotidianas y personales, es reconocida como un papel importante especialmente a los movimientos sociales en el cambio histórico, pues los individuos tienen la capacidad de cuestionar las pautas aprendidas en sociedad.
Con referencia a esta idea, Habermas sustenta “el punto de vista dominante de que el conocimiento está separado del individuo y es descubierto por él y defiende un conocimiento que se construye mediante la acción comunal” (Criticos, 1993, p. 81).
En tal sentido, en 2001, Wells, citado por Ibáñez (2003), hace referencia desde el punto de vista psicológico histórico-cultural:
Como reconocía Leont´ev, sólo son individuos concretos quienes llevan a cabo actividades de representación intencionales; sólo los seres humanos individuales pueden conocer. Sin embargo, como él mismo también destacaba, conocer no es una actividad que se pueda llevar a cabo en aislamiento, bien de otras personas, bien de los artefactos culturalmente producidos que proporcionan los elementos mediadores. Por lo tanto, la manera más adecuada de entender el conocer es como la actividad intencional de individuos que, como miembros de una comunidad, emplean y producen representaciones en el esfuerzo colaborativo de comprender mejor su mundo compartido y transformarlo. (digital)
Por otra parte, es importante destacar la conjetura de que no todos los individuos han de ser intelectuales. Antonio Gramsci propone que todos los seres humanos reflexionan e interpretan el mundo que los rodea, más allá de su productividad. De esa manera, separar la ocupación de un sujeto totalmente entre lo intelectual y lo “manual” es una limitación para el alcance del pleno desarrollo humano y el desarrollo del verdadero conocimiento.
En síntesis, el conocimiento no puede ser neutral ni separable de la práctica, Ibáñez (2003) también cita a Giulio Girardi (1977) para afirmar:
No hay interés teórico que esté desvinculado de intereses prácticos. El desinterés es el ocul­tamiento de intereses que no quieren confesarse. No hay relación con el objeto, que no sea al mismo tiem­po, consciente o inconscientemente, relación con un proyecto. No se trata aquí de intereses inmediatos, sino del proceso global por el que el hombre realiza su proyecto fundamental. El conocimiento no puede ser juez sin ser parte. Se sitúa necesariamente en relación con las fuerzas políticas y económicas; siempre es relativo a un proyecto de sociedad, activamente propugnado o pa­sivamente aceptado. (digital)
Así mismo son cuestionables los instrumentos y las concepciones comúnmente aceptados a través del marco social. Tal como puede ser la idea de prácticas de trabajo asalariado como único trabajo posible, el ser productivo, la modernización, la pobreza, entre otros; deben someterse a revisión y ser cuestionadas al igual que los instrumentos de conocimiento globalizado social como el PIB (Producto Interno Bruto), por ejemplo.
En consecuencia, la propuesta no es válida por el simple hecho de oponerse a lo dominante, sino a través de una validación interna. De esa manera, la ciencia crítica debe esmerarse en ir más allá de alterar parámetros imperiosos, lo que supone ser más complejo que sencillamente tener una posición contraria a los enunciados o las acciones. 
En efecto, es necesario ir más allá de la pauta marcada por la cotidianidad y la fuerza conservadora para someter ciertos problemas. En este sentido Carmen G. Landa y Tusta Aguilar (2003) aseveran: "los conocimientos juegan frecuentemente el papel de un recurso de poder y se invocan como aval de una propuesta determinada" (p. 84).
Por su parte, Amparo Moreno (1991) sostiene la importancia del cuestionamiento del conocimiento
Las formas de conocer el mundo producidas por y para dominarlo (las formas de saber vinculadas al ejercicio del poder), se han legitimado históricamente como expresión de lo real (...) a base de definir como apariencia, opinión, engaño y hasta superstición e ignorancia cuantas formas de conocimiento no se ajustan a sus criterios valorativos y sus reglas. Y la capacidad coactiva del saber guarda relación con su capacidad para autolegitimarse como verdad y con la credibilidad de que goza: no en vano, de ello depende que los seres humanos nos comportemos de acuerdo con sus fórmulas y, por tanto, las hagamos realidad. (p. 62)
La investigación debe perdurar como una herramienta de construcción del conocimiento, pues es una forma compleja, reflexiva y holística de hacer juicios, partiendo de la unión entre los sujetos y objetos investigativos funcionando como cuestionamiento del modelo hegemónico de la investigación.
Jesús Ibáñez (1991) es capaz de sintetizar la evolución de la consideración del `sujeto´, mediante un paralelismo expuesto de la siguiente manera:
El sujeto ha sido, sucesivamente, absoluto, relativo y reflexivo. Posiciones que corresponden, respectivamente, a las tres grandes olas de la física: clásica, relativista y cuántica. En física clásica (...) el sujeto es absoluto: lugar de Dios o de Laplace (...). En física relativista (...) la captura del objeto exige una conversación entre todos los observadores posibles" (...) "en física cuántica el sujeto se hace reflexivo: pues tiene que doblar la observación del objeto con la observación de su observación del objeto. (p. 14)
En otro sentido, la autocrítica debe formar parte del proceso de adquisición de conocimiento. De esa manera los sujetos que desarrollan investigaciones de cualquier tipo, no deben ser vistos como observadores neutrales ni tampoco darles un sentido de desinterés o puntos de vistas sesgados.
Dicho así, el ejercicio de autocriticarse soporta los procesos cognitivos adquiridos y en construcción para definir verazmente las conclusiones y consecuencias.
Para el desarrollo de esa herramienta, existen algunos aspectos a considerar de su implementación:
·                    El conocimiento no suple definitivamente la elección en la que intervienen valores ideológicos.
·                    La crítica no debe evitar el desarrollo pleno de las personas más oprimidas ni ser paralizante.
·                    La posición del autor es de suma relevancia, tal y como su proceso de socialización como hombre o mujer, su residencia o el plano ideológico.
·                    No existe una explicación definitiva y menos omnicomprensiva, más bien explicaciones que pueden tomar veracidad mediante el diálogo.
Con respecto a esto, Ibáñez (2003) cita a Ricardo Falla para exponer:
No hay receta para saber cuándo se le está haciendo el juego al sistema. Lo que es importante es que la acción social tenga en cuenta no sólo las necesidades inmediatas que pretende aliviar, sino el contexto social y político en que se da. (digital)

Por otra parte el conocimiento tiene un objetivo, puede sugerir una transformación social y es metódico. Lo que sugiere que cada una de sus características forma parte de un conjunto de procesos que generan la adquisición de conocimientos mediante herramientas desarrolladas en sociedad pero implementadas individualmente.
Debe entenderse el objetivo del conocimiento como la emancipación; la ciencia social crítica según lo explicado por Habermas es orientada hacia la autonomía racional y sobre todo a la libertad, operando en contextos concretos, mostrando escenarios distintos, considerando la eliminación de las barreras que impiden la libertad, decidir libremente. El estudio como ejercicio continuo para  construcción de conocimiento está ligado al interés humano, teniendo siempre una utilidad para quien conoce.
Por otra parte, el carácter del conocimiento como herramienta de transformación social no busca certezas, más bien reconoce la ausencia de verdades absolutas válidas en todos los contextos. Valida la autonomía del sujeto que no solo adquiere conocimiento sino que lo matiza según su experiencia.
Dicho esto, es importante destacar que el papel de la verdad universal ha sido relegado y en los últimos tiempos las ciencias físico-naturales han sido cuestionadas por el conocimiento social, por definir el modelo de dichas ciencias como reduccionistas y mecanicistas, sin embargo ese paradigma ha sido imitado en ocasiones por investigaciones sociales. Wallerstein (85) aclara esta idea:
Las utopías forman parte del objeto de estudio de las ciencias sociales, lo que no puede decirse de las ciencias naturales; y las utopías desde luego tienen que basarse en tendencias existentes. Si bien ahora tenemos claro que no hay certeza sobre el futuro ni puede haberla, sin embargo las imágenes del futuro influyen en el modo en que los seres humanos actúan en el presente. (p. 85)

Es importante resaltar que el conocimiento no es concebido únicamente como racionalidad, también incluye experiencias vitales.
“…De una vez por todas debemos asumirnos como seres sentipensantes -expresión de Eduardo Galeano- Sentimiento y razón constituyen aspectos inseparables en el ser humano. La fuerza de la pasión nos empuja a la realización de nuestros sueños e ideas."
(Baldeón, 2000, digital)
Con referencia a la concepción del conocimiento como instrumento transformador, es importante acotar que deben superar las barreras de disciplinariedad es una especie de apertura de las ciencias sociales; una forma de hacerlo es entablando un diálogo entre las diversas formas de conocimiento para obtener una finalidad crítica.
El conocimiento es portador de transformación y debe dar privilegio a la mirada de los sectores oprimidos, debe impactar mediante la priorización de contribuir con conocimiento sobre otros y actuar. Pero se trata de ir más allá de “ponerse en el lugar de otros(as)” sino de generar la necesidad de que los individuos puedan cambiar y elegir su propio lugar.
Finalmente, las nuevas propuestas de la construcción del conocimiento son entendidas en un   plano general como procesos conocidos que evolucionan a través del cuestionamiento y su implementación individual  por parte de los propios investigadores que someten cada una de sus ideas al repertorio mental adquirido en sociedad y deliberado a través de la misma.
 


Referencias Bibliográficas
Aguilar, T. y Landa, C.G. (2003). "Un saber apropiado para participar". En Aguilar, T. y Caballero, A. (coords.), Campos de juego de la ciudadanía. Barcelona: El Viejo Topo.
Baldeón, E. (2000). "Pensamiento abierto y eficacia transformadora. -Notas para repensar nuestros proyectos de educación y comunicación". En Razón y Palabra, nº 18. www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n18/18ebaldeon.html
Ibáñez, J. (2003). El conocimiento social transformador: una propuesta de síntesis. Recuperado el 22 de noviembre de 2013, de http://jei.pangea.org/soc/c/conoc-soc-sint.htm
Moreno, A. (1991). Pensar la historia a ras de piel. Barcelona: Ediciones de la Tempestad.

Wallerstein, I., (coord.) (1998). Abrir las ciencias sociales. Informe de la Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales. México: Siglo XXI editores - Unam.