UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
DEPARTAMENTO
DE COMUNICACIÓN SOCIAL
SAN
CRISTÓBAL- EDO. TÁCHIRA
CONCEPTO
Y ACEPCIONES DE HISTORIA
(ENSAYO)
Hernández B. Tabata
A. Misheelle
17.876.717
Jonathan Soler
18.391.215
Francisco Hinojosa
19.033.540
Historia Social de
la Ciencia y la Tecnología
4to. año
Una
parte muy importante de la consciencia humana es la temporalidad, y como la Historia
es esencialmente formativa, sirve para el desarrollo de la conciencia humana,
de esta manera, el sentido utilitario de la misma está en la configuración
integral del ser humano para que conozca sistemáticamente su pasado y el
saberse, también, producto de un pasado.
A
lo largo del tiempo, el término “historia” se ha usado como equivalente a
“cambio en el tiempo” y se ha definido como una ciencia social que estudia y
narra hechos universales, es decir, el conjunto de acontecimientos que
sucedieron en el pasado de los seres humanos y que inicia con la aparición de la
escritura hasta la actualidad. Pero la Historia no es sólo eso, su concepto lleva
en su poder varias acepciones y definiciones.
La
palabra historia deriva del griego ἱστορία
que significa “investigación” o “información”: “conocimiento adquirido por
investigación”, del verbo ἱστορεῖν:
“investigar” y derivado de ἵστωρ que
se traduce a “hombre sabio”. De allí pasó al latín historia, que en castellano antiguo evolucionó a estoria como testifica el título de “La
Estoria de España de Alonso X el Sabio” en 1260 y posteriormente se reintrodujo
en el castellano como un cultismo en su forma latina original.
Historia
como vocablo tiene dos acepciones: acontecimiento y conocimiento. La primera de
ellas es vista como el acontecer del hombre en el tiempo desde que aparece (en el
pasado) hasta nuestros días. Por ello la historia es humana y, por tanto“el
hombre es historia” como expresa la Profesora de Estudios Universitarios de
ciudad México, Fabiola Gutiérrez Bohórquez.(2000) La
segunda acepción hace referencia al registro cronológico, metódico y
anecdótico, el conocimiento y estudio de ese acontecer pasado, de ese hecho
histórico.
Edward
H. Carr en su libro ¿Qué es la Historia?,
publicado en 1961 expone que la historia “es el conocimiento, estudio,
interpretación y reconstrucción de los hechos sucedidos en el pasado lejano o
inmediato”, una construcción del conocimiento de una realidad que ya no existe
y que no se puede repetir y por tal motivo –y a nuestro juicio- es también el vínculo más
idóneo para comprender el presente y en la medida también para cambiar el
futuro.
Según
la Real Academia Española el término Historia es definida como la “disciplina
que estudia, narra y expone acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean
públicos o privados”, pero desde una psicología más profunda el historiador
británico Edward H. Carr (1961) basado en las postulaciones de
Benedetto Croce expone que toda la historia es<<historia contemporánea>>, queriendo con ello decir
que la historia consiste esencialmente en ver el pasado por los ojos del
presente y a la luz de los problemas de ahora.(pág.: 28)
Pero,
¿ver el pasado a través de los ojos de quién? Toda historia es historia del
pensamiento, es la reproducción de la mente y del pensamiento una persona: de
un historiador, así que la historia no
pasa a ser un pasado muerto, sino un pasado que en cierta forma está viviendo
aún en el presente, en el del historiador, quien es el que tiene la tarea
fundamental de recoger, interpretar y valorar la mayor cantidad de datos
irrefutables y objetivos de un hecho histórico, es decir,el hecho básico que
constituye la columna vertebral de la historia y que es el mismo para todos los
historiadores.
No
obstante, “historiador” no es sólo aquél sujeto que se encarga de realizar un
recuento de eventos sucedidos en el pasado y describirlos o criticarlos, sino
además, se trata que él reconstruye los hechos apoyado en la evidencia
empírica, regido también por la selección y la interpretación de los hechos.
Por tanto, la función del historiador no es ni amar el pasado, ni redimirse
ante el, sino comprenderlo y dominarlo para la comprensión del presente.
De
la misma manera, el hacer “historia” no es sólo recopilar la información, ya
que existe todo un método para llevarlo a cabo. Como la historia es considerada
una ciencia, el historiador debe realizar su labor siguiendo las metodologías
científicas propias y la metodología de análisis o de hipótesis para realizar
la crítica de la información obtenida.
Pero
la objetividad de la historia se torna difícil de lograr. Los hechos de la historia
nunca nos llegan en estado puro, ya que el historiador siempre aporta una
visión subjetiva para la comprensión de los datos empíricos.
Además
que no queda exento de pasiones y de otros intereses que hagan de ésta un
concepto inmanipulable, y aunque se haga posible la confiabilidad en la
obtención del conocimiento a través de métodos y técnicas, no habrá una validez
universal porque no hay una neutralidad absoluta sino parcial del conocimiento
histórico, lo que hace que el método le dé ese carácter científico a la
Historia pero nunca proyecta verdades unívocas e indiscutibles como sucede en
las ciencias naturales.
El
historiador pertenece y está vinculado a su época, capta nuestro pasado -hechos
de los cuales estuvo presente en alguna ocasión del pasado- para que logremos
entenderlo en nuestro presente, por eso no puede apreciarse la obra de un
historiador sin antes percibir la posición desde la que él la está abordando.
Debajo
de esa reconstrucción histórica de la que se encarga el historiador, subyacen
unas teorías recientes que le permiten al mismo entender este fenómeno: el historicismo y el materialismo histórico. Karl Pooper (1961) definió
el historicismo como "una aproximación a las ciencias sociales que
asume que la predicción histórica es su objetivo principal” (pág:86), de manera que
su objetivo es alcanzable mientras se descubran los patrones o las tendencias
que están por debajo de la evolución de la historia. Del mismo modo, el materialismo histórico investiga la
sociedad humana, haciéndolo sin presupuestos ideológicos y partiendo de los
individuos empíricos y las relaciones que establecen entre ellos.
De esta manera, el historicismo
podría ser concebido como una corriente interpretativa de la historia, cuyo
objetivo se basa en consolidar la realidad como un proceso cíclico y de
constante evolución. Esta vertiente tira por la borda el paradigma de la verdad
absoluta, puesto que está ligada a una serie de relativismos que, colosalmente
niegan el carácter acumulativo de la veracidad histórica a través del tiempo.
Estas discrepancias entre el absolutismo de la verdad ante la
realidad, se debe esencialmente al hecho de estar; no frente a un desarrollo,
sino anverso a una serie de ideas y visiones distintas, de hecho, estás ideas
podrían diferir, e incluso no tener ninguna semejanza entre si. Es por esta
razón que Popper (1961) propone a estas “verdades”
como “una serie de fenómenos aislados” (pag: 120)
A propósito de estas disyuntivas entre la realidad y la verdad y cómo
ambas se constituyen a través de procesos históricos, Oswald Spengler (1918),
máximo representante del historicismo
post modernista, afirma que:
“cada momento
aislado sólo tiene sentido dentro del instante en el que se produce, pasando a
llenarse de insignificancia en el momento en el que la historia avanza y da
lugar a nuevas realidades” (pag: 140)
Desde este
punto de vista, se puede hacer referencia al historicismo, no como un proceso
lineal, sino cíclico que emerge a través del tiempo, cuyas realidades se
fomentan desde una directriz evolucionista encaminada a los avances. Así vista
la historia, ésta se asemeja a una especie de organismo que genera la vida y
sus sentidos y luego vuelve a tragárselos para dar lugar a una nueva forma de
vida y noción.
Ahora bien,
cuando se habla de Materialismo histórico,
se esbozan obligatoriamente términos como sociedad, y desarrollo,
pues su propósito está orientado principalmente al hecho de explicar la
historia no como una colección de hechos que, progresivamente van perdiendo
importancia y prioridad, sino a la producción práctica de la permanencia.
En este sentido,
esa colección de hechos o sucesión de categorías concebida por los
empiristas e idealistas, se diluyen de todo tipo de autoridad pues, desde la
visión Marxista (1880), el Materialismo
histórico ¨es el resultado del modo en que los seres humanos organizan la
producción social de su existencia¨
Marx nunca utilizó los términos
"materialismo histórico" o "materialismo dialéctico"; Marx
y Engels (1880) utilizaron más bien las expresiones "método dialéctico"
o “teoría materialista de la historia”. Para Marx, el hombre es ante
todo un ser que tiene una serie de necesidades materiales al igual que otros
seres como los animales. El hombre satisface esas necesidades transformando la
naturaleza a través de su trabajo. Al hacer esto el hombre lo que hace es humanizar
la naturaleza.
Muchos animales también transforman por medio de
su actividad la naturaleza para conseguir de ésta los medios para satisfacer
sus necesidades vitales (valga como ejemplo la abeja que liba el polen para
elaborar la miel con la cual se alimenta), pero existe una diferencia clara
entre el hombre y el animal: el animal no es consciente de su actividad
transformadora; el hombre, en cambio, al ser consciente de su actividad, puede
dirigirla a su voluntad.
Por tanto, se puede decir que, más que por el
pensamiento o la posesión de ideas religiosas, lo que distingue al hombre del
animal en su relación con la naturaleza es el trabajo, la acción transformadora
de la realidad para producir los medios que le sirvan para satisfacer sus
necesidades materiales.
Así pues la historia en todos sus sentidos es un proceso
social, recíproco, de interacción y diálogo no abstracto entre el pasado y el
presente, es decir, entre la sociedad de hoy y la de ayer, entre el historiador
y sus hechos, en el que participan los individuos en calidad de seres sociales.
Un proceso que funciona para que el hombre pueda comprender las sociedades
pasadas e incrementen su dominio en la sociedad del presente.
BIBLIOGRAFÍA
-
Arostegui, Julio. (1995). La Investigación Histórica: Teoría
y Método. Barcelona: España-
-
Carr, Edward H. (1961). ¿Qué es la Historia?
Barcelona: Ariel.
-
Popper. Karl. (1961) La
miseria del historicismoLondres; Ariel.
- Spengler, Oswald. (1918) La decadencia de occidente (Der
Untergang des Abendlandes. UmrisseeinerMorphologie der Weltgeschichte en
alemán. 1er volumen Viena, 1918; 2.º volumen Múnich, 1922).
-
Diccionario de la lengua española (22.ª edición) Real
Academia Española, 2001.
-
Manuel. (1985). Por
qué la Historia. Barcelona: Aula Abierta Salvat.
- Ortega y Gasset, J. (1928). La Filosofía de la historia de Hegel y la historiología.Madrid:
Taurus.
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