miércoles, 20 de noviembre de 2013

Concepto y Acepciones de Historia. Por: Misheelle Tabata, Jonathan Soler, Francisco Hinojosa.




UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
SAN CRISTÓBAL- EDO. TÁCHIRA







CONCEPTO Y ACEPCIONES DE HISTORIA
(ENSAYO)







Hernández B. Tabata A. Misheelle
17.876.717
Jonathan Soler
18.391.215
Francisco Hinojosa
19.033.540
Historia Social de la Ciencia y la Tecnología
4to. año






Una parte muy importante de la consciencia humana es la temporalidad, y como la Historia es esencialmente formativa, sirve para el desarrollo de la conciencia humana, de esta manera, el sentido utilitario de la misma está en la configuración integral del ser humano para que conozca  sistemáticamente su pasado y el saberse, también, producto de un pasado.
A lo largo del tiempo, el término “historia” se ha usado como equivalente a “cambio en el tiempo” y se ha definido como una ciencia social que estudia y narra hechos universales, es decir, el conjunto de acontecimientos que sucedieron en el pasado de los seres humanos y que inicia con la aparición de la escritura hasta la actualidad. Pero la Historia no es sólo eso, su concepto lleva en su poder varias acepciones y definiciones.
La palabra historia deriva del griego ἱστορία que significa “investigación” o “información”: “conocimiento adquirido por investigación”, del verbo ἱστορεῖν: “investigar” y derivado de ἵστωρ que se traduce a “hombre sabio”. De allí pasó al latín historia, que en castellano antiguo evolucionó a estoria como testifica el título de “La Estoria de España de Alonso X el Sabio” en 1260 y posteriormente se reintrodujo en el castellano como un cultismo en su forma latina original.
Historia como vocablo tiene dos acepciones: acontecimiento y conocimiento. La primera de ellas es vista como el acontecer del hombre en el tiempo desde que aparece (en el pasado) hasta nuestros días. Por ello la historia es humana y, por tanto“el hombre es historia” como expresa la Profesora de Estudios Universitarios de ciudad México, Fabiola Gutiérrez Bohórquez.(2000) La segunda acepción hace referencia al registro cronológico, metódico y anecdótico, el conocimiento y estudio de ese acontecer pasado, de ese hecho histórico. 
Edward H. Carr en su libro ¿Qué es la Historia?, publicado en 1961 expone que la historia “es el conocimiento, estudio, interpretación y reconstrucción de los hechos sucedidos en el pasado lejano o inmediato”, una construcción del conocimiento de una realidad que ya no existe y que no se puede repetir y por tal motivo –y  a nuestro juicio- es también el vínculo más idóneo para comprender el presente y en la medida también para cambiar el futuro.
Según la Real Academia Española el término Historia es definida como la “disciplina que estudia, narra y expone acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados”, pero desde una psicología más profunda el historiador británico Edward H. Carr (1961) basado en las postulaciones de Benedetto Croce expone que toda la historia es<<historia contemporánea>>, queriendo con ello decir que la historia consiste esencialmente en ver el pasado por los ojos del presente y a la luz de los problemas de ahora.(pág.: 28)
Pero, ¿ver el pasado a través de los ojos de quién? Toda historia es historia del pensamiento, es la reproducción de la mente y del pensamiento una persona: de un  historiador, así que la historia no pasa a ser un pasado muerto, sino un pasado que en cierta forma está viviendo aún en el presente, en el del historiador, quien es el que tiene la tarea fundamental de recoger, interpretar y valorar la mayor cantidad de datos irrefutables y objetivos de un hecho histórico, es decir,el hecho básico que constituye la columna vertebral de la historia y que es el mismo para todos los historiadores.
No obstante, “historiador” no es sólo aquél sujeto que se encarga de realizar un recuento de eventos sucedidos en el pasado y describirlos o criticarlos, sino además, se trata que él reconstruye los hechos apoyado en la evidencia empírica, regido también por la selección y la interpretación de los hechos. Por tanto, la función del historiador no es ni amar el pasado, ni redimirse ante el, sino comprenderlo y dominarlo para la comprensión del presente.
De la misma manera, el hacer “historia” no es sólo recopilar la información, ya que existe todo un método para llevarlo a cabo. Como la historia es considerada una ciencia, el historiador debe realizar su labor siguiendo las metodologías científicas propias y la metodología de análisis o de hipótesis para realizar la crítica de la información obtenida.

Pero la objetividad de la historia se torna difícil de lograr. Los hechos de la historia nunca nos llegan en estado puro, ya que el historiador siempre aporta una visión subjetiva para la comprensión de los datos empíricos.
Además que no queda exento de pasiones y de otros intereses que hagan de ésta un concepto inmanipulable, y aunque se haga posible la confiabilidad en la obtención del conocimiento a través de métodos y técnicas, no habrá una validez universal porque no hay una neutralidad absoluta sino parcial del conocimiento histórico, lo que hace que el método le dé ese carácter científico a la Historia pero nunca proyecta verdades unívocas e indiscutibles como sucede en las ciencias naturales.
El historiador pertenece y está vinculado a su época, capta nuestro pasado -hechos de los cuales estuvo presente en alguna ocasión del pasado- para que logremos entenderlo en nuestro presente, por eso no puede apreciarse la obra de un historiador sin antes percibir la posición desde la que él la está abordando.
Debajo de esa reconstrucción histórica de la que se encarga el historiador, subyacen unas teorías recientes que le permiten al mismo entender este fenómeno: el historicismo y el materialismo histórico. Karl Pooper (1961) definió el historicismo como "una aproximación a las ciencias sociales que asume que la predicción histórica es su objetivo principal” (pág:86), de manera que su objetivo es alcanzable mientras se descubran los patrones o las tendencias que están por debajo de la evolución de la historia. Del mismo modo, el materialismo histórico investiga la sociedad humana, haciéndolo sin presupuestos ideológicos y partiendo de los individuos empíricos y las relaciones que establecen entre ellos. 
De esta manera, el historicismo podría ser concebido como una corriente interpretativa de la historia, cuyo objetivo se basa en consolidar la realidad como un proceso cíclico y de constante evolución. Esta vertiente tira por la borda el paradigma de la verdad absoluta, puesto que está ligada a una serie de relativismos que, colosalmente niegan el carácter acumulativo de la veracidad histórica a través del tiempo.

Estas discrepancias entre el absolutismo de la verdad ante la realidad, se debe esencialmente al hecho de estar; no frente a un desarrollo, sino anverso a una serie de ideas y visiones distintas, de hecho, estás ideas podrían diferir, e incluso no tener ninguna semejanza entre si. Es por esta razón que Popper (1961) propone a estas “verdades” como “una serie de fenómenos aislados” (pag: 120)
A propósito de estas disyuntivas entre la realidad y la verdad y cómo ambas se constituyen a través de procesos históricos, Oswald Spengler (1918), máximo representante del historicismo post modernista, afirma que:

cada momento aislado sólo tiene sentido dentro del instante en el que se produce, pasando a llenarse de insignificancia en el momento en el que la historia avanza y da lugar a nuevas realidades” (pag: 140)

Desde este punto de vista, se puede hacer referencia al historicismo, no como un proceso lineal, sino cíclico que emerge a través del tiempo, cuyas realidades se fomentan desde una directriz evolucionista encaminada a los avances. Así vista la historia, ésta se asemeja a una especie de organismo que genera la vida y sus sentidos y luego vuelve a tragárselos para dar lugar a una nueva forma de vida y noción.
Ahora bien, cuando se habla de Materialismo histórico, se esbozan obligatoriamente términos como sociedad, y desarrollo, pues su propósito está orientado principalmente al hecho de explicar la historia no como una colección de hechos que, progresivamente van perdiendo importancia y prioridad, sino a la producción práctica de la permanencia.
En este sentido, esa colección de hechos o sucesión de categorías concebida por los empiristas e idealistas, se diluyen de todo tipo de autoridad pues, desde la visión Marxista (1880), el Materialismo histórico ¨es el resultado del modo en que los seres humanos organizan la producción social de su existencia¨
Marx nunca utilizó los términos "materialismo histórico" o "materialismo dialéctico"; Marx y Engels (1880) utilizaron más bien las expresiones "método dialéctico" o “teoría materialista de la historia”. Para Marx, el hombre es ante todo un ser que tiene una serie de necesidades materiales al igual que otros seres como los animales. El hombre satisface esas necesidades transformando la naturaleza a través de su trabajo. Al hacer esto el hombre lo que hace es humanizar la naturaleza.
Muchos animales también transforman por medio de su actividad la naturaleza para conseguir de ésta los medios para satisfacer sus necesidades vitales (valga como ejemplo la abeja que liba el polen para elaborar la miel con la cual se alimenta), pero existe una diferencia clara entre el hombre y el animal: el animal no es consciente de su actividad transformadora; el hombre, en cambio, al ser consciente de su actividad, puede dirigirla a su voluntad.
Por tanto, se puede decir que, más que por el pensamiento o la posesión de ideas religiosas, lo que distingue al hombre del animal en su relación con la naturaleza es el trabajo, la acción transformadora de la realidad para producir los medios que le sirvan para satisfacer sus necesidades materiales.
Así pues la historia en todos sus sentidos es un proceso social, recíproco, de interacción y diálogo no abstracto entre el pasado y el presente, es decir, entre la sociedad de hoy y la de ayer, entre el historiador y sus hechos, en el que participan los individuos en calidad de seres sociales. Un proceso que funciona para que el hombre pueda comprender las sociedades pasadas e incrementen su dominio en la sociedad del presente. 

BIBLIOGRAFÍA
-          Arostegui, Julio. (1995). La Investigación Histórica: Teoría y Método. Barcelona: España-
-          Carr, Edward H. (1961). ¿Qué es la Historia? Barcelona: Ariel.
-          Popper. Karl. (1961) La miseria del historicismoLondres; Ariel.
-    Spengler, Oswald. (1918) La decadencia de occidente (Der Untergang des Abendlandes. UmrisseeinerMorphologie der Weltgeschichte en alemán. 1er volumen Viena, 1918; 2.º volumen Múnich, 1922).
-          Diccionario de la lengua española (22.ª edición) Real Academia Española, 2001.
-          Manuel. (1985). Por qué la Historia. Barcelona: Aula Abierta Salvat.
-     Ortega y Gasset, J. (1928). La Filosofía de la historia de Hegel y la historiología.Madrid: Taurus.

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